Había una vez un bosque donde unos pequeños niños jugaban muy felices y contentos; jugaban a divertirse, hacían rondas y todos se reían; sus caritas siempre estaban felices.
Éstos niños eran libres…y sólo por eso… ya eran felices… Pero un día llegaron a aquel lugar unos cazadores y empezaron a caminar sigilosamente y con caritas raras; y de repente vieron que los niños jugaban felices y contentos de la vida…y decidieron así atraparlos con sus aros y llevarlos a un lugar donde ya no podrían jugar más ni ser felices; porque todos estaban prisioneros.
Los pobres niños estaban muy angustiados, con caritas tristes y algunos hacían “pucherito” también… Pobres niños, se habían quedado sin su ¡¡¡LIBERTAD!!!
Luego de atraparlos, los cazadores se alejaron del lugar y fueron a pasear por ahí… en ése preciso instante dos aditas aparecieron representando la LIBERTAD; y fue así que tocando las cabecitas de los niños, ellos empezaron a sonreís y sus caritas volvieron a estar felices!!! Pero justo en ése instante los cazadores llegaron y muy enfadados y con caritas enojadas arrojaron sus aros al piso sin entender lo que sucedía…
Y nuevamente y más rápidamente las aditas también tocaron sus cabecitas y los cazadores sintieron como despertar de un largo sueño y comprendieron así que NO era nada bueno quitarles la libertad a nadie; y decidieron juntarse con los niños…y así todos juntos armaron una gran ronda donde todos se divirtieron mucho mucho…
Donde las aditas empezaron a derramar bendiciones y chispitas de felicidad para que nunca más la LIBERTAD le fuera robada a nadie.
Y así termina éste relato donde los niños participaron de la mejor manera que saben, a través del juego y el movimiento.
Representando el “VALOR DE LA LIBERTAD”.
PERSONAJES: Cazadores: María Paz, Santiago, Jerónimo, Román, Lucas y Javier. Niños: Agustín, Zoe, Ludmila, Juan José, Juan Pablo, Valentín, Bautista y Uriel Aditas: Jazmín y Maia.
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