La figura Sanmartiniana representa un valioso referente de la lucha por los propios ideales y nos permite pensar lo heroico enraizado en lo humano. En San Martín el compromiso del sujeto consigo mismo y con su entorno fue el motor para no claudicar en la búsqueda de lo que consideraba bueno y deseable. Evidentemente, y más allá de discusiones teóricas sobre su aporte a la Independencia Argentina y Sudamericana, constituye un personaje de la historia que los argentinos valoramos y al que remitimos al pensar que sigue siendo la figura más significativa para todos nosotros.
Máximas para mi hija Merceditas
En 1825, el general José de San Martín decidió escribir una serie de normas para dirigir la educación de su hija Merceditas. En ellas se encuentran las virtudes civiles del Libertador, y se puede advertir el amor, respeto hacia el prójimo, etc.
- Humanizar el carácter y hacerlo sensible, aún con los insectos que nos perjudican.
- Inspirarle amor a la verdad y odio a la mentira.
- Inspirarle gran confianza y amistad, pero uniendo el respeto.
- Estimular en Mercedes la caridad a los pobres.
- Respeto hacia la propiedad ajena.
- Acostumbrarla a guardar un secreto.
- Inspirarle sentimiento de respeto hacia todas las religiones.
- Dulzura con los criados, pobres y viejos.
- Que hable poco y lo preciso.
- Acostumbrarla a estar formal en la mesa.
- Amar el aseo y desprecio al lujo.
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