Tener una familia significa contar con personas
que se ocupan de nosotros y por eso festejamos su existencia. Más allá de las
figuras que la vida nos ha dado o nos ha quitado, es importante que nuestros
niños aprecien que mamá, papá, abuelos, tíos,
primos y, a veces, hasta un vecino, hacen de nuestra vida una experiencia
maravillosa.
Es sabido que en los últimos años,
desde diferentes corrientes de pensamiento, se ha hablado de “crisis de las
instituciones” propias de la modernidad. Dentro de este grupo, una de las
instancias sociales que más se ha modificado actualmente es la familia.
Sin embargo, a pesar de ello, sigue
ocupando un rol fundamental como célula de la sociedad, ya que más allá de los
cambios que experimento y está experimentando, aún se constituye como el primer
formador de los sujetos.
Hoy en día es común observar las
variadas conformaciones que las familias adquieren. Por ello
es necesario dar cuenta, a los niños, no sólo de la familia llamada
“tradicional” –compuesta por mamá, papá e hijos-, sino también explicarles que
otros miembros, como el abuelo o el tío pueden ocupar el lugar del papá; son
posibles. Poner a los niños en conocimiento de estas “tendencias” –al margen de
las valoraciones que de ellas se hacen- resulta, entonces, básico, para que
adquieran consciencia de la diversidad, y puedan aceptar las diferencias a lo
largo de toda su futura etapa educativa.
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